El abandono del campo y las quemas causan más de 3.000 incendios al año
El abandono del campo y las quemas causan más de 3.000 incendios al año
04 March 2014
published by www.lasprovincias.es
Spain — El cóctel conformado por el crecimiento de maleza, las imprudencias con las quemas agrícolas y la proliferación de cañares en las riberas de ríos secos, dejaron el año pasado un panorama preocupante. Los bomberos del Consorcio Provincial de Bomberos atendieron, sólo en la provincia de Valencia, 3.600 incendios de matorral en zonas rurales.
Para comprenderlo en su contexto, por cada incendio que se declara en zona de monte, se producen 35 que afectan a matorrales en campos, en las afueras de las poblaciones o en solares invadidos por la maleza. La provincia de Valencia registra cada día una decena de fuegos de estas características. Si bien no se trata de siniestros graves por el valor ecológico o la extensión afectada, sí suponen «un continuo trabajo por el elevado número de salidas» para los bomberos. Tanto, que ya suman un tercio de las emergencias atendidas por este cuerpo.
Y en los últimos meses, este tipo de fuegos se han agravado por «las anormales y frecuentes rachas de viento de poniente que vive la Comunitat», como confirmó el jefe de Climatología de la Agencia Estatal Meteorológica en la Comunitat, José Ángel Núñez. Y de la mano de estos vientos extremos y de las imprudencias, han llegado las tragedias.
La última, esta misma semana. El martes, Joaquín Montón, un agricultor de Silla que quemaba restos de poda en su campo de caquis, se vio sorprendido por fuertes rachas de viento. «El matorral fue como una mecha y extendió el incendio de su campo a la chopera». En esta zona de arbolado, la víctima se enfrentó a las llamas, pero el humo acabó asfixiándolo hasta perder el conocimiento. Acabó calcinado.
«Lo encontramos muerto»
Lo mismo le sucedió a Rodolfo Gómez con una quema de rastrojos en la pedanía requenense de Hortunas. «Vimos una humareda que no era normal. Fuimos varios vecinos a ver qué ocurría y ya lo encontramos muerto», recuerda el alcalde pedáneo, José Vicente Mayor.
A principios de febrero, otro agricultor de Geldo acabó imputado en un delito de incendio por causar el desastre forestal que arrasó casi 200 hectáreas de la Sierra Calderona en Segorbe. De nuevo, una quema cerca del monte en un momento inadecuado.
Las tres fatalidades tienen un denominador común: los fuegos se iniciaron en las horas centrales del día y en un invierno extremadamente seco. Nuñez explica la clave: «Es habitual que al principio de la mañana, el frío contenga la entrada de vientos en zonas llanas como los campos. Pero esa calma puede variar repentinamente a partir de las once de la mañana, cuando estas zonas se calientan. El viento que hasta entonces se movía en capas altas desciende con fuerza hasta aproximadamente las cuatro de la tarde».
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) admite que falta «prevención y formación» en las quemas agrícolas y recuerda que hay «cursos de capacitación agraria» donde se aborda cómo realizarlas en las mejores condiciones de seguridad. «Desde la asociación no nos cansamos de recomendar la máxima prudencia», exponen.
En campos situados a menos de 500 metros del monte, la Conselleria de Gobernación aconseja «buscar alternativas a la quema, como triturar los restos o utilizarlos como leña en chimeneas y paelleros». Hasta la simple acumulación, puede suponer un riesgo. «Los restos de madera sólo se deben amontonar en el interior de la parcela, en el lugar más alejado del monte y a 10 metros de distancia de los caminos», agregan.
La razón no es otra que la creciente presencia de matorral por el abandono de cultivos. Cada año, la Comunitat pierde 8.000 hectáreas de terreno agrícola mientras que la masa forestal gana 3.000. Los expertos de Bomberos coinciden: «cuanto más matorral y cañar haya, más incendios nos vamos a encontrar. Esta vegetación es el principal conductor del fuego, ya sea por colillas, quemas u otros factores».
