Los árboles no mienten

Los árboles no mienten

6 January 2007

published by www.momarandu.com


El 28 de noviembre tuve la oportunidad de leer una nota con el título de “Fuego en el bosque”, donde se hace referencia a los recientes incendios forestales, algo que se repite y agrava todos los años. Por un lado, están los plantadores que cuestionan la capacidad del estado provincial y por el otro la Dirección de Recursos Forestales, que señala que la responsabilidad primaria es de propiosplantadores.

por Horacio Vellejos Schulze

Corrientes, Argentina — La nota publiocada el martes 28 de noviembre de 2006 tuve la oportunidad de leer una nota muy interesante en la pág. 10 Locales del diario El Litoral con el título de “Fuego en el bosque”, donde se hace referencia a los recientes incendios forestales, algo que se repite y agrava todos los años. Por un lado, están los plantadores que cuestionan la capacidad del estado provincial para enfrentar estos siniestros.

El Litoral transfirió las inquietudes de los productores, comprensiblemente incrementadas ante la llegada del verano, al titular de la Dirección de Recursos Forestales del Ministerio de la Producción (organismo oficial directamente responsable en la cuestión), Luis María Mestre, quien sorprendentemente señala que la responsabilidad primaria en lo que se refiere a la prevención de incendios, corresponde en la provincia de Corrientes a los propios plantadores, con el estado brindándoles acompañamiento y apoyo, asumiendo el rol central de ordenamiento, orientación, prevención, regulación y control.

Ante estas dos posturas donde está claro que ante la desgracia nadie asume las culpas y responsabilidades, no puedo abstraerme de opinar, que por otra parte, la mía podría llegar a ser la más objetiva, imparcial y desinteresada. Hace ya varios años leemos, vemos y escuchamos sobre consultoras contratadas, jornadas, viajes de capacitación, etc. (eventos que, por otro lado, habrán tenido su costo) con títulos grandilocuentes, como el último publicado “Inteligencia asociada al manejo del fuego”, y año tras año estamos igual o peor.

La ley Nº 25080 de inversiones para bosques cultivados tiene por objetivo establecer incentivos por parte del “estado nacional” a fin de favorecer el desarrollo armónico del sector forestal promocionando la implantación de bosques, su mantenimiento, el manejo, el riego, la protección, la cosecha de los mismos, la investigación y desarrollo, así como la industrialización de la madera, cuando todas ellas formen parte de un emprendimiento forestal integrado. Los principales beneficios consisten en: 1º) Fiscales de adhesión municipal y provincial, 2º) Apoyo no reintegrable a los bosques implantados.

En síntesis, esos fondos que se entregan a los plantadores son recursos de la gente (es decir, de todos los argentinos) que se vuelca a la producción, por eso, se debe apuntar a la desidia, desinterés e irresponsabilidad de algunos productores forestales y también de los funcionarios del área forestal, que deberían ser celosos a la hora de “controlar”.

Por el trabajo que desarrollo se me presenta la posibilidad de recorrer algunas forestaciones del norte y centro de la provincia; en algunas el cuidado es bastante responsable, pero en otras he encontrado forestaciones de 30 años convertidas en verdaderas bombas de tiempo, en las que no sólo no se limpia (con 60 cm de hoja seca acumulada dentro del monte), si no que jamás se realizó una poda, menos aún un raleo, lo que tiene como resultado madera de pésima calidad, que no supera en algunos casos los 10 cm de diámetro, y debo decir que a la larga (aunque le “crispe” a algún funcionario) esta madera mal cuidada va a servir únicamente para astilla y para favorecer a alguna pastera. Hablar de calles y cortafuegos en condiciones, en algunos casos es una utopía.

También con tristeza uno encuentra forestaciones de no más de 10 años donde se hizo “tala rasa”, o sea, que no se cumple con el raleo, y otras de 30 años bien cuidadas, pero que también se cortaron en su totalidad, sin exigencia en la reposición, (manejo sustentable, dicen algunos que saben), con un agregado: estos rollizos bien cuidados de 30 años, dan una madera excepcional y que en muchos casos se lleva en bruto a provincias vecinas, para darle algo que con retórica pregonan algunos funcionarios “darle valor agregado”, sin pagar impuesto alguno, a pesar de que la consultora Braier y Asociados (contratada por el gobierno) hace especial hincapié en el cobro del impuesto a la “mera compra” de la madera en la provincia y sugiere a las autoridades provinciales que, con la recaudación del mismo, se genere un fondo que financie las obras de infraestructura que el sector requiere para su eficientización y desarrollo, para el necesario fortalecimiento de la Dirección de Recursos Forestales. Como un aporte, no puedo dejar de mencionar las manifestaciones del sr. José Gabriel Ceballos, poeta y escritor correntino, ex plantador y uno de los productores más damnificados por los últimos incendios de bosques en la costa del Uruguay, el 15/03/2005.

“Hoy por hoy me parece estúpido para un pequeño o mediano productor invertir en forestación en esta provincia; siempre le será inalcanzable, oneroso contar con suficientes recursos propios contra el fuego y en Corrientes no existen los mecanismos públicos de ayuda mínima que complementen a aquellos medios privados, salvo en la charlatanería de los funcionarios. Debo ir más allá y agregar sin vueltas: nunca conocí un organismo tan ineficiente como el Área de Recursos Forestales del Ministerio de la Producción de Corrientes”.

Poner en el tapete este tema es de vital importancia, teniendo presente que Corrientes es la segunda provincia del país en superficie forestada, más todo su Potencial Industrial en permanente crecimiento (me refiero a industrias limpias, “no pasteras”), pero el contenido de la nota del diario El Litoral a la que hago referencia no clarifica ¿Quién tiene la obligación y responsabilidad de controlar?

Guillermo Horacio Vallejos Schulze, 
Productor Maderero.


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